Después de muchos años de quejas de los vecinos, amagos de renovar la zona y parches para compensar la falta de un proyecto global, el Ayuntamiento de Madrid pone por fin rumbo a una rehabilitación urbana integral de la zona de Azca. El barrio financiero de la capital, un espacio pionero nacido en los años 60 que con el paso de las décadas se ha ido quedando cada vez más atrás, tendrá un nuevo aspecto, si se cumplen todas las previsiones, para finales de 2028.

El Consistorio y las empresas del entorno de Azca han firmado este viernes en Cibeles el convenio que les compromete a poner en marcha esa remodelación prometida por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, tal y como adelantó este periódico. Por delante queda ahora un periodo de alrededor de un año y medio de elaboración y licitación del proyecto definitivo, con el compromiso de empezar las obras a lo largo de 2026.

Un proceso que estará financiado por ambas partes. La renovación de Azca implica actuar sobre suelo público, pero también sobre suelo privado de uso público. En estos últimos el Gobierno municipal no puede intervenir sin el permiso de los propietarios y, además, tampoco puede costear la obra sobre estos espacios. Este ha sido el ulterior escollo para sellar por fin el inicio del proyecto. Las empresas propietarias de estos suelos no se ponían de acuerdo sobre quién debía financiar determinados suelos. Algunos de ellos pertenecen a algunas comunidades de vecinos de las calles Orense y General Perón, que no están en condiciones de sufragar una obra de estas características.

Un consenso histórico

Pero finalmente, tras meses de negociación, las empresas han acordado hacerse cargo de lo que correspondería a estas comunidades de propietarios. Un “hito histórico”, en palabras de Almeida, que ha supuesto poner de acuerdo a 30 entidades distintas para la puesta en marcha de una de las mayores iniciativas de colaboración público-privada de la historia de la capital.

En el acto que da un nuevo inicio a este proyecto han participado junto al alcalde la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, el director general de Negocios de GMP en representación de Renazca, Xabier Barrondo, el consejero delegado de Pontegadea España en representación del resto de propietarios que participan en el proyecto, Roberto Cibeira, y la representante de las asociaciones de vecinos y comercios de Azca, Laura Morilla.

El Ayuntamiento ya estuvo a punto de sacar adelante el proyecto la pasada legislatura. Apostó por un modelo concesional que cedía el uso de parte del espacio público a quien finalmente ejecutara la obra a cambio también de su mantenimiento. Las críticas de la oposición obligaron al consistorio a dar marcha atrás, y en octubre de 2023 la delegada del área anunció que cambiaba el plan: renunciaba a este modelo y sacaría adelante la obra con una adjudicación directa. Pero antes, las empresas del entorno de Azca debían ponerse de acuerdo para financiar su parte (suelo privado de uso público) y acometer así una reforma integral del ámbito.

La ansiada renovación de una zona degradada

Esta zona de Madrid ha recibido muchas quejas de los vecinos desde hace años. Falta de seguridad, ruidos por la actividad de ocio nocturno y deterioro generalizado de algunas áreas. Ante la falta de iniciativa de los sucesivos gobiernos municipales, algunas empresas de la zona crearon Renazca, una sociedad creada ad hoc por un grupo de propietarios de los edificios de este distrito, y propusieron al equipo de Martínez Almeida, casi al inicio de su primera legislatura, colaborar en un proyecto de renovación urbanística. En 2022, tras un concurso internacional, se presentó el proyecto para transformar el distrito en un espacio más moderno.

Esta es la primera vez que todas las empresas del ámbito de Azca, tanto las que están integradas en Renazca como las que no, se ponen de acuerdo para acometer una remodelación del barrio, financiar la parte que les compete y ejecutar el proyecto de la mano del consistorio.