Además, puede ayudar a tratar la artritis, la artrosis, la enfermedad periodontal y otras enfermedades inflamatorias. Conocé todas las propiedades.
La cúrcuma, famosa por su color amarillo vibrante y su amplia presencia en la cocina asiática, ha ganado notoriedad no solo como un ingrediente culinario, sino como un elemento con potenciales beneficios para la salud.
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Originaria del sur de Asia, esta especia, derivada del rizoma de la planta Curcuma longa, ha sido empleada en la medicina tradicional desde tiempos antiguos, especialmente en países como India, donde es valorada por sus efectos terapéuticos.
La curcumina y su papel en la salud del cerebro:
Uno de los componentes clave de la cúrcuma es la curcumina, un antioxidante natural que ha captado el interés de la comunidad científica por sus propiedades antiinflamatorias. Estudios recientes sugieren que esta sustancia podría ofrecer protección al cerebro, especialmente en personas mayores. Por ejemplo, una investigación publicada en The American Journal of Geriatric Psychiatry halló que una dosis moderada de curcumina mejoraba la memoria y otras capacidades cognitivas en adultos sin demencia.
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Los beneficios se explican, en gran medida, por la capacidad de la curcumina para reducir la inflamación y el estrés oxidativo, ambos factores que pueden influir en el envejecimiento cerebral y en el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La reducción de las placas amiloides y los ovillos de proteína tau en el cerebro, hallazgos característicos en casos de Alzheimer, también se ha asociado al consumo de curcumina.
¿Cuál es la dosis recomendada?
Para aquellos interesados en los beneficios de la cúrcuma, la cantidad sugerida varía. Investigaciones sugieren que entre 500 y 2,000 miligramos de cúrcuma diaria pueden ser útiles, siempre acompañada de un potenciador de absorción, como la pimienta negra o grasas saludables, ya que la curcumina es liposoluble. Sin embargo, es prudente consultar a un profesional de la salud antes de comenzar a tomar suplementos de cúrcuma, sobre todo en dosis elevadas.
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A pesar de sus múltiples beneficios, la cúrcuma no es adecuada para todos. Aquellos con problemas de coagulación deben tener cuidado, ya que esta especia puede incrementar el riesgo de sangrado. Personas con reflujo o afecciones digestivas también deben consumirla con moderación, ya que puede estimular la producción de ácido gástrico.
Asimismo, quienes toman medicamentos anticoagulantes deberían evitar el consumo excesivo de cúrcuma, ya que podría potenciar los efectos de estos fármacos.
Efectos en la presión arterial y cómo incluirla en la dieta:
Algunos estudios indican que la cúrcuma podría mejorar la presión arterial gracias a su capacidad para reducir la inflamación y favorecer la circulación sanguínea. Sin embargo, la evidencia aún es preliminar y no se recomienda su uso como tratamiento principal para la hipertensión.
Incorporar cúrcuma en la dieta es sencillo: se puede añadir en sopas, guisos, arroz o incluso en infusiones calientes. Mezclarla con jengibre, limón o miel no solo enriquece su sabor, sino que potencia sus efectos antioxidantes. Además, combinarla con un poco de pimienta negra o aceites naturales favorece su absorción, asegurando que el cuerpo pueda aprovechar sus beneficios al máximo.
En resumen, la cúrcuma sigue siendo un elemento relevante tanto en la tradición como en la ciencia moderna, con propiedades que la colocan como un recurso natural prometedor para quienes buscan mejorar su bienestar.
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