El barcelonismo depositó muchas esperanzas en la temporada 2000-01. Con el nuevo entrenador, Llorenç Serra Ferrer, el equipo había firmado una pretemporada notable y un esperanzador inicio con victorias ante el Málaga (2-1) en la Liga y contra el Leeds en la Champions (4-0). Sin embargo, lejos del Camp Nou, llegaron dos serios reveses: 3-1 en San Mamés y 3-0 en Estambul contra el modesto Besiktas.

La derrota europea, cosechada el 19 de septiembre de 2000, escoció y de qué manera. El Barça naufragó en el estadio Inönü y fue ridiculizado por el equipo más débil de la fase de grupos de la Champions, que completaba en Milan.

El vicepresidente Àngel Fernández, máximo representante de la expedición barcelonista, fue muy crítico con el juego del equipo: “Con este fútbol de salón no es manera de ir por Europa. Hemos regalado el partido. Hemos tocado el balón como si fuéramos infantiles. Estoy indignado y decepcionado”.

Al día siguiente, acompañado por el presidente Joan Gaspart, Fernández pidió disculpas al vestuario y aseguró haber “aprendido la lección”.

El Barça se desquitó ante el Besiktas en la sexta y última jornada de la liguilla: 5-0. Tenía que ganar y esperar una victoria del Milan ante el Leeds para avanzar a la segunda fase de grupos, pero en San Siro se dio un inesperado empate a uno que envió al Barça a la Copa de la UEFA.

La noche del 8 de noviembre de 2000, este viernes se cumplen 24 años, por lo menos, sirvió para la revancha gracias a los goles de Cocu, Luis Enrique (2), Rivaldo y Gabri. La ‘manita’, sin embargo, fue un amargo consuelo.