La negociación para decidir los siguientes pasos del convenio colectivo entre Renault España y sindicatos ha tensado la paz social de las fuerzas sindicales del grupo. Este miércoles, dos semanas después de constituir la mesa y el calendario de reuniones, los sindicatos UGT, CSIF y SCP -ala mayoritaria de la mesa- sellaron un principio de acuerdo con la dirección del grupo para prorrogar el actual convenio con una subida de las tablas salariales en 2025 del IPC más un 1%. Un sello, que no ha contado con el apoyo de CGT, TU y CCOO, quienes lamentan las propuestas de “irrisorias” para los trabajadores del grupo en Valladolid, Palencia y Madrid.
El origen del conflicto se remonta al pasado 22 de octubre, cuando ambas partes constituyeron la mesa negociadora y la dirección de la empresa mostró su voluntad de ofrecer un año de transición del vigente convenio (2021-2024) ante la incertidumbre que acecha al sector de la automoción. Esta propuesta no fue bien recibida desde Comisiones, que exigieron desde el primer momento renegociar el convenio y cuestionaron la composición de la mesa, integrada por 13 miembros de la representación de los trabajadores (4 de UGT, 3 de CCOO, 2 SCP, 2 CGT, 1 CSIF y 1 TU).
Tras esta primera toma de contacto, la negociación siguió su curso hasta este miércoles, cuando se alcanzó el principio de acuerdo después de que la mayoría sindical cediese a prorrogar el actual convenio a lo largo del año que viene, con las mismas condiciones y el compromiso del grupo para convertir en indefinidos un centenar de contratos durante el próximo ejercicio. Así, dirección y sindicatos tardaron en acercar posturas “seis horas de reunión”, un “tiempo récord” que ha dejado “perplejos” a los representantes de CCOO. “Hemos asistido perplejos a la negociación del convenio más rápida de Renault España”, ironiza Sergio García como portavoz del sindicato.
El mismo sindicato que buscaba en esta negociación implementar medidas como la reducción de la jornada y añadir mejoras en los salarios y la bolsa de horas, lamenta ahora haber perdido “una oportunidad histórica” y prepara un recurso para iniciar, a través de sus servicios jurídicos, un conflicto colectivo para defender los derechos de todos los trabajadores. Distinta es la postura de UGT, quienes aclaran que el preacuerdo deberá ser ratificado en sus asambleas de afiliados convocadas para los próximos días.
UGT se defiende: garantiza salario, empleo y estabilidad
Desde este sindicato defienden que el pacto alcanzado garantiza los tres principios básicos: salario, empleo y estabilidad. En el ámbito salarial, UGT pone en valor que el incremento del IPC más el 1% acordado dará lugar a un incremento salarial en enero de un 3,1% en base a las previsiones realizadas por el Banco de España en septiembre. En lo que concierne al empleo, el sindicato defiende que además de los contratos indefinidos, el acuerdo comprende contratos de relevo para aquellos trabajadores que cumplan los requisitos legalmente establecidos. También resalta otros aspectos sociales como la concesión de un renting en condiciones más ventajosas para los empleados del grupo.
Desde la dirección de la empresa han explicado a los trabajadores que este acuerdo se enmarca en un contexto difícil para el negocio del grupo, marcado por los bajos volúmenes de producción del sector, sumado a la presión competitiva ejercida por las nuevas marcas en el mercado europeo. Una coyuntura que “hará que el futuro sea más inestable e incierto para nuestras plantas”, han transmitido a los sindicatos durante la negociación.