El príncipe Guillermo se sincera como nunca sobre el último año, marcado por la enfermedad de su mujer y de su padre
El príncipe de Gales ha dado por finalizado su viaje a Sudáfrica y ya se encuentra de camino a casa para participar en los actos del Día del Recuerdo durante el fin de semana, en los que se acaba de anunciar la participación de Kate Middleton. Pero antes, ha puesto el broche de oro a esta visita con unas declaraciones más que significativas. El príncipe Guillermo se ha sincerado como nunca sobre el último año que ha vivido, marcado por la enfermedad de su mujer de y su padre.
Este viaje ha sido el primero tan largo al extranjero que ha hecho el heredero en este 2024. De hecho, el pasado febrero decidió que iba a reducir un poco su agenda pública, ya que quería estar al lado de su mujer, operada poco antes y que anunciaría unas semanas después que había sido diagnosticada de cáncer. De ahí que este año apenas haya realizado viajes tan lejos de casa, aunque este a Sudáfrica ha sido, tal y como él confesaba, “uno de los más especiales de su vida”.
Pero no hay que olvidar que no solo Kate Middleton ha sido diagnosticada este año de cáncer. También en febrero, el rey Carlos III anunció que lo padecía y que, como su nuera haría después, tenía que someterse a tratamiento. Así que fueron dos mazazos muy seguidos para la familia Windsor, en la que este año la enfermedad se ha instalado sin ningún pudor.
Durante estos últimos meses, no ha sido nada habitual que otros miembros de los Windsor se pronunciara abiertamente sobre lo que estaban pasando el rey Carlos III y su nuera. Siempre un educado “están muy bien” o un agradecimiento por el cariño y los mensajes recibidos, que se han contado por miles. Por eso el hecho de que Guillermo se haya abierto tanto es significativo.
Quizá más relajado por encontrarse lejos de casa, quizá por la experiencia tan intensa que ha vivido en Sudáfrica, lo cierto es que no ha tenido ningún problema en confesar a algunos medios británicos desplazados al país cómo ha llevado este último año, marcado principalmente por la enfermedad de su esposa, aunque también por la de su padre.
“¿Digo la verdad? Ha sido terrible. Probablemente ha sido el año más difícil de mi vida. Tratar de superar todo lo demás y mantener todo en orden ha sido realmente difícil”, aseguraba. “Pero estoy muy orgulloso de mi esposa, estoy orgulloso de mi padre, por manejar las cosas como lo han hecho. Pero desde un punto de vista personal y familiar, ha sido brutal”, añadía.
No es nada habitual que Guillermo se pronuncie en estos términos, por lo que quizá mostrarse tan sincero puede ser una señal de que las cosas marchan como deberían y toda la familia está más relajada. De hecho, también el día anterior el príncipe hablaba brevemente con los medios y aseguraba que su mujer estaba “realmente bien” y muy pendiente del transcurso de la gala del Earthshot Prize, la cita clave por la que ha viajado hasta Sudáfrica, esta vez sin Kate.
El príncipe también confesaba en esta relajada entrevista una anécdota familiar a cuenta de la barba que luce desde el pasado verano, cuando se la dejó crecer aprovechando sus vacaciones. Y parece que esta nueva imagen del heredero no fue del gusto de toda la familia, al menos en un primer momento. Y es que su hija Charlotte se puso a llorar en cuanto lo vio.
El príncipe de Gales ha dado por finalizado su viaje a Sudáfrica y ya se encuentra de camino a casa para participar en los actos del Día del Recuerdo durante el fin de semana, en los que se acaba de anunciar la participación de Kate Middleton. Pero antes, ha puesto el broche de oro a esta visita con unas declaraciones más que significativas. El príncipe Guillermo se ha sincerado como nunca sobre el último año que ha vivido, marcado por la enfermedad de su mujer de y su padre.