El régimen chino elevará el techo de deuda de las provincias para buscar una salida a su crisis económica
Se trata de una medida crucial, mientras en el horizonte asoman las posibles restricciones que podría imponer el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump
El régimen chino anunció este viernes que los legisladores acordaron elevar el techo de deuda de los gobiernos locales en 840.000 millones de dólares, una medida crucial para apoyar la economía ante una posible nueva guerra comercial con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
El gigante asiático atraviesa una recuperación post-covid complicada, lastrada por la atonía del consumo y una grave crisis inmobiliaria.
Los dirigentes chinos siguieron de cerca las elecciones presidenciales estadounidenses y la victoria el miércoles del candidato republicano, al tiempo que los principales líderes parlamentarios del país se reunían esta semana en Pekín para un importante encuentro.
Al término de la reunión el viernes, la cadena estatal CCTV anunció que habían aprobado la “medida de reducción de deuda más potente de los últimos años”.
Esta decisión aumentará “el límite de deuda de los gobiernos locales en seis billones de yuanes, que se utilizarán para reemplazar las deudas ocultas existentes” y les permitirá “desarrollar mejor la economía y proteger el sustento de la población”, informó la cadena estatal CCTV.
La deuda oculta es el endeudamiento del que un gobierno es responsable pero que no se desvela a la ciudadanía ni a otros acreedores, según el Fondo Monetario Internacional.
“Este techo de deuda de seis billones de yuanes se establecerá a lo largo de tres años”, entre 2024 y 2026, declaró el ministro de Finanzas, Lan Fo’an, en una rueda de prensa en Pekín.
“Mayor paquete de estímulo”
La medida permitirá a las autoridades endeudarse más para financiar la adquisición de terrenos sin explotar con fines urbanísticos, con el objetivo de sacar al mercado inmobiliario de su prolongada crisis.
Los legisladores también aprobaron el viernes una nueva ley energética para “promover (…) la neutralidad de carbono”, un objetivo que el gigante asiático se marcó para 2060.
Durante su campaña electoral, Trump prometió aranceles muy duros sobre los productos chinos, que amenazan con agravar aún más la situación de la segunda economía mundial.
Según muchos analistas, China quiere amortiguar esta posible circunstancia con fuertes medidas económicas.
La reunión parlamentaria, prevista inicialmente para finales de octubre, se aplazó probablemente para permitir que “los responsables políticos reaccionaran ante una posible victoria de Trump”, señaló Lynn Song, economista del banco ING.
“Las posibilidades de un mayor paquete de estímulo aumentan significativamente con una victoria” del candidato republicano, indicó.
En las últimas semanas, las autoridades chinas anunciaron una serie de medidas para estimular la actividad, como recortes de las tasas de interés y la flexibilización de las restricciones a la compra de viviendas. Pero hasta ahora, muchos inversores habían criticado la falta de un gran plan con cifras.
El primer ministro chino, Li Qiang, se mostró esta semana “plenamente confiado” en la capacidad de su país para alcanzar su objetivo de crecimiento económico de “en torno al 5%” para 2024.
Recientemente se registraron algunas señales positivas. La actividad de las fábricas chinas aumentó el mes pasado, por primera vez desde abril, y las exportaciones aumentaron en octubre al ritmo más rápido en más de dos años, según datos publicados el jueves.