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Isaac Díaz, psicólogo: “El narcisismo no es malo, es algo que todos necesitamos y tenemos para una buena salud mental”

Este especialista en Psicoterapia Integradora y experto en apego, dependencia, trauma y narcisismo responde a todas las dudas para saber cómo es una persona narcisista

Isaac Díaz, psicólogo: "El narcisismo no es malo, es algo que todos necesitamos y tenemos para una buena salud mental"

Se habla mucho de narcisismo, pero no es tan fácil diferenciarlo. Por eso lo mejor es hablar con un experto, para intentar ver un poco de luz sobre un asunto que está en boca de todos. Hoy se pasa por MARCA Bienestar el psicólogo Isaac Díaz Oliván (en Instagram @isaacdiazpsicologo y también le encuentras en LinkedIn) para contestar a todas nuestras preguntas.

Pregunta. ¿crees que está de moda este término? En caso de creer que sí, ¿es bueno o malo en tu opinión?

Respuesta. El narcisismo junto al apego son términos que están de moda hoy en día. Por un lado, estoy encantado de que la psicología tenga mayor alcance en los medios desde la pandemia, pero por otro lado, puede llevar a una sobreidentificación y falso diagnóstico en este tipo de términos, especialmente cuando no son explicados de forma adecuada. Ahora todo el mundo es narcisista o apego evitativo o hace ‘love bombing’, Todo esto nos está llevando a no asumir nuestra parte en las relaciones. Si el otro es malo y tiene la culpa de todo… ¿dónde estoy yo? ¿qué papel ocupo? No podemos olvidar que, al final, somos nosotros quienes elegimos las relaciones y estaría bien pensar desde qué lugar lo hacemos. Si desde un lugar calmado y sosegado, sabiendo en todo momento qué elegimos en base a nuestros valores y proyectos futuros; o desde un vacío, la baja autoestima o la carencia.

P. ¿Qué es el narcisismo? ¿Se pueden tener rasgos sin que sea un trastorno?

R. El narcisismo es un proceso a través del cual el niño o la niña adquiere autoestima. El niño necesita exhibirse y ser egocéntrico por naturaleza, de modo que sus padres vayan reforzando sus logros y personalidad con el paso del tiempo, al mismo tiempo que le van poniendo algunos límites y frustrando sus intentos de sobrepasarlos. La buena autoestima se adquiere a través de refuerzo positivo y límites. Es como una receta de cocina con los ingredientes en su justo equilibrio. Por tanto, el narcisismo no es malo, es algo que todos necesitamos y tenemos para una buena salud mental. Además, puedes tener rasgos narcisistas pasados de rosca y no por eso tener un trastorno narcisista de la personalidad. Los narcisistas son personas y no todos son malos o buenos, hay diferentes grados y grises en la vida. Ya está en la decisión de cada uno, en base a la intención de cambio y conductas del narcisista, si podemos quedarnos ahí o tenemos que irnos.

P. ¿Los narcisistas saben que son narcisistas? ¿Se cura?

R. Depende del narcisista y del grado de narcisismo. Si está muy en el extremo, este narcisista ni siquiera querrá tener conciencia de su problemática y le dará igual. Una de las características nucleares de los narcisistas en el extremo, como los primarios, perversos o psicópatas, es que no pueden ni quieren ver al otro. Sólo les importa su punto de vista. En estos casos la curación no es posible porque no la desean y sólo nos queda alejarnos de estas personas en la medida que podamos.

P. ¿Cuáles serían las opciones: tomar responsabilidad o demonizar al narcisista?

R. Como hablábamos en la primera respuesta, ¿qué margen de decisión tenemos como individuos si le damos todo el poder al narcisista? “El narcisista siempre es malo y me puede manipular, si caigo en sus redes no puedo hacer nada…”. Esto es absolutamente falso. La mayoría de personas que caen en una relación de abuso narcisista ya traían trauma complejo, baja autoestima y una gran dependencia emocional. Desde este lugar, detectar a un narcisista es complicado si estamos sedientos de amor. Por lo cual, tomar responsabilidad sin culparnos para sanar es lo primero que debemos hacer. Todo empieza y termina en nosotros mismos.

P. ¿Cuál es la diferencia con el apego evitativo?

R. El apego evitativo tiene dificultades en el compromiso debido al gran terror que tiene a la hora de vincular. Viene de un lugar infantil en el que amor y vulnerabilidad eran peligro. Viene de familias en las que no se hablaba de emociones y había que llevar la armadura puesta. Cuando el evitativo empieza a vincular puede mostrar conductas de ilusión, que se confunden con ‘love bombing’ y nada más lejos de la realidad. El ‘love bombing’ o bombardeo de amor es más típico del narcisista primario o perverso, que busca conquistarte (con decenas de detalles amorosos falseados) para que caigas en sus redes. Pero los otros tipos de narcisistas, como el secundario, a veces lo hacen sin darse cuenta y sin intención de daño. En cualquier caso, el evitativo no suele hacer ‘love bombing’. Lo que hace es alejarse de la relación cuando siente la presión y el agobio por parte de un otro, que en tónica general, suele ser un apego ansioso, o una persona con una necesidad urgente de amor, control y pasión. Ambos apegos, ansioso y evitativo, suelen entrar en un ciclo de acercamiento ansioso-huida evitativa que no tiene fin, y eso los enloquece a los dos. En el narcisista, el alejamiento es intencionado y busca que te sientas culpable. Lo hablaba antes con la ley del hielo. Mientras que el apego evitativo se aleja para protegerse del miedo que le da la relación, el narcisista lo hace en su propio beneficio.

P. ¿El narcisista se nace o se hace?

R. No se sabe. Lo más actual e investigado es la teoría de la epigenética. Es decir, los genes interactúan con el ambiente de forma que a veces se activan y, a veces, no. Esto quiere decir, que igual tengo un gen narcisista pero si tengo una familia amorosa y segura no voy a ser narcisista. Pero si tengo un padre o madre narcisista, igual sí. En psicología no hay blancos o negros. A no es igual a B. Hay cientos de variables que pueden influir, en el contexto y en la genética tenemos muchas. Y en la personalidad, ¿cuántos niños abusados se convierten en psicólogos aún con genes y ambiente de maltrato y narcisismo maligno y cuántos “deciden” ser abusadores?

P. ¿Y si la narcisista es mamá? ¿Papá? ¿O los dos?

R. Pues las características mencionadas más arriba aplican igualmente. El problema aquí es que el daño en la psique del niño es infinitamente mayor. Un niño, que no tiene su cerebro desarrollado, es mucho más vulnerable a tener trauma. Y siempre que venimos de padres narcisistas es habitual tener trauma complejo, dependencia emocional, apegos desorganizados, un gran sentimiento de culpa, duda y humillación y una gran desregulación emocional. Normalmente, las víctimas de abuso narcisista infantil acaban siendo víctimas de otros narcisistas en la edad adulta. Trabajar las relaciones de abuso narcisista en la infancia requiere de un gran trabajo en terapia psicológica.

P. ¿Por qué repetimos patrones una y otra vez en nuestras relaciones?

R. Nuestro sistema nervioso y cerebro se adapta para la supervivencia. Somos la especie de animales más frágil. Cuando somos pequeños, necesitamos del otro para sobrevivir. El niño se adapta a cualquier cuidador que le maltrate con tal de no quedarse solo. Sacrifica su autenticidad y valía para que papá y mamá sigan al lado. Esto quiere decir que si papá es un narcisista, el niño empezará a elaborar narrativas y creencias limitantes del tipo “soy malo” o “merezco el abuso” para que el vínculo tenga sentido para él. Es una especie de síndrome de Estocolmo. Pero lo peor radica en lo siguiente, que no es sólo que la parte cognitiva desarrolle estas narrativas dañinas para sobrevivir, si no que el sistema nervioso genera sus propias referencias en el cuerpo. Tenemos miles de “tentaculitos”, como yo lo llamo, o receptores en nuestro cuerpo que saben identificar lo que es peligro o seguridad en cuestión de segundos. ¿Nunca habéis pensado por qué un niño se esconde detrás de su madre ante un extraño que, por ejemplo, está enfadado? Hay una capacidad innata en detectar ese tipo de peligros “extraños” porque mamá le ha enseñado que el amor, las caras conocidas y la ausencia de malos tratos en casa son seguros y, todo lo demás, es peligroso. ¿Pero qué pasa cuando eso se invierte? ¿Cuándo en casa todo es caos, descontrol, agresividad, culpa…? La seguridad está del revés. Y nuestra neurocepción, está averiada. Nuestra brújula interna no sabe diferenciar el peligro de la seguridad. Y al igual que esto nos lleva inconscientemente a meternos en muchas relaciones dañinas, también nos lleva a evitar las buenas. Al apego ansioso le pasa mucho, confunde las mariposas con la inestabilidad y el trauma, con la inseguridad de no saber si el otro está o no está. Y sólo se “enamora” o más bien engancha de apegos evitativos o narcisistas que le hacen vivir las relaciones al límite y replican una y otra vez la historia de que el otro no está disponible para ellos (porque es lo que conocen ya que es lo que tuvieron en la infancia). Por eso, incorporar terapias psicocorporales que trabajan el cuerpo y lo somático, más allá de las que tratan los síntomas y la conducta, como el EMDR, Somatic Experiencing o Terapia Focaliza en la Emoción son esenciales en el proceso de sanación. Si el cuerpo elige por nosotros y no aprendemos a trabajar con él y dirigirlo, ¿cómo vamos a poder elegir relaciones sanas y seguras?

P. ¿Algún consejo para mejorar nuestras relaciones?

R. Como norma general no doy consejos, sí recomendaciones. Cada uno tiene que descubrir su propio camino y yo sólo estoy para acompañar. Mi recomendación es que alguna vez en tu vida comiences un proceso de terapia. Que no esperes hasta el final, cuando ya estás del todo dañada o dañado. Que todo se puede coger a tiempo y evitar el desarrollo de más trauma. Todos venimos con heridas y haciendo un buen proceso de terapia los frutos que se recogen no tienen precio. Mayor autoestima, regulación emocional, seguridad interna, autenticidad, ausencia de síntomas, encontrar y saber diferenciar al amor de tu vida, la pareja ideal… Son algunos de los resultados. Si alguien quiere empezar un proceso de terapia con nosotros, le esperamos con mucho amor.

Los tipos de narcisismo que hay

Para finalizar esta entrevista, Isaac comparte los tipos de narcisismo que hay.

“Todos podemos tener rasgos de uno o varios de ellos, no es tener éste sí y éste no. Algunos tipos de narcisistas, ordenados de menos a más problemáticos son”:

– Narcisista de piel fina. Aquélla/aquél que ha sido criticada duramente por sus familiares, incluso por algunos profesores en el colegio. A veces la crítica es implícita y no se habla, por ejemplo, observando cómo los padres sólo valoran a un hermano desde pequeños, o cómo sólo se habla de los éxitos en casa y no se permite el fracaso, etcétera. El trauma puede ser muy sutil, oculto y enrevesado. La narcisista de piel fina opta por complacer y someterse. A veces revelarse y exigir. Se compara con los demás. Se machaca con la idea de que hay un yo ideal al que aspirar y nunca llegar. Somos la mayoría de nosotros. Es el narcisismo menos problemático y tiene cura al 100%. Somos nuestras propias enemigos y tiene mucho que ver con querer ser la mejor en lo académico, ámbito personal, síndrome de la impostora, ansiedad por demostrar, etcétera. Puede haber alguna conducta de narcisismo secundario que explico más adelante.

– Narcisista secundario. Aquél que ha sido criticado duramente desde pequeño (infancia, colegio, hermanos…) y necesita ponerse por encima de los demás para sentirse valioso. Ejerce las típicas conductas que ya conocemos: egolatría, ponerse por encima de los demás, hablar de sí mismo con alevosía, anular al otro a la par que lo hace sentir especial en algunos momentos, triangular (meter a personas de por medio en tu contra), invalidación emocional, chantaje emocional, gaslighting (te hacen dudar de tu realidad), aislarte del entorno, hacer todo lo posible para que no puedas vivir sin él, alejarse de ti sin mediar palabra con la intención de que te sientas culpable y vuelvas (ley del hielo), etcétera

– Narcisista negativo. Aquél que divide el mundo en dos bandos, donde él es el bueno y los demás son los malos que quieren destruirle. Se ve mucho en política, los de izquierdas vs los de derechas; los gordos vs los flacos; los ricos vs los pobres. Hay un odio muy intenso hacia el otro grupo. No se puede ver más allá del grupo de pertenencia.

– Narcisista positivo. Aquél que considera que todo es maravilloso y magnífico. Nada puede dañarle. Él siempre está bien. Él siempre lleva la razón. Es la típica persona que está en su pompa de algodón impenetrable y no puede ver más allá.

– Narcisista primario. Aquél que ha sido endiosado desde pequeño y al que no se le han puesto límites. “Yo soy dios, el resto tienen que rendirme pleitesía”. No tiene baja autoestima, si no una autoestima pasada de rosca. Suelen estar en altos cargos como la política, directivos de empresa, etcétera. La curación a partir de este grado de narcisismo es prácticamente nula.

– Perverso narcisista. Como el narcisista primario, es aquél que ha sido endiosado desde pequeño y al que no se le han puesto límites. Está poco investigado, pero también son aquellas personas que han sufrido tanto, que han necesitado odiar y desconectar esa parte vulnerable de sí mismos, haciendo del dolor el placer. Por eso suelen tener una intención de daño y gozan o disfruta del mismo. Sadismo en muchos momentos. La capacidad para amar es, en cierto modo, muy limitada.

– Psicópata. Aquél que no muestra ningún tipo de emoción empática por el resto y es capaz de dañar sin sentir ningún remordimiento. Igual que en el perverso, tal vez hablemos de personas severamente traumatizadas que han tenido que disociar o desconectar una parte vulnerable o dolorosa de sí mismos que no podían tolerar. Hay sadismo y maquiavelismo siempre. Y una total y completa incapacidad para amar.

Finalmente, Isaac quiere compartir este mensaje final: “Por favor, hay que tener en cuenta que los narcisismos más problemáticos, desde el narcisismo primario hasta el psicópata, están en un porcentaje estadístico muy pequeño en la población. Se habla demasiado de psicópatas integrados y esto no es cierto. En general, salvo en excepciones, las personas tenemos luces y sombras y capacidad de curación. No sólo somos una etiqueta o un narcisismo con patas. Las personas con narcisismo maligno también son personas”.

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