James Vowles, jefe de equipo de la escudería británica, admitió que los mecánicos se encuentran en una “carrera contrarreloj” para poner ambos autos en óptimas condiciones de cara próximo Gran Premio.

Los últimos dos fines de semana fueron negros para Williams. Entre México y Brasil, Alex Albon y Franco Colapinto chocaron cinco veces sus autos. Esto despertó la bronca de James Vowles, jefe del equipo, que argumentó que ninguna escudería puede afrontar semejante gasto en tan poco tiempo. Además, advirtió que están en una “carrera contrarreloj” para que los monoplazas lleguen de la mejor manera al Gran Premio de Las Vegas.

La mala racha comenzó en las prácticas celebradas en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Allíel tailandés chocó contra el Ferrari de Ollie Bearman en la FP1. Dos días más tarde, durante la primera vuelta de la carrera, se estrelló contra el muro tras tocarse con Yuki Tsunoda. En Interlagos la suerte no fue distinta, ya que durante la clasificación bajo la lluvia sufrió un durísimo accidente que destruyó el auto y lo marginó de la carrera.

Colapinto, por su parte, tuvo un fin de semana negro en Brasil. También se accidentó en la qualy, aunque con menos gravedad que su compañero y pudo correr horas más tarde. En la vuelta 32 de la carrera perdió el control de su auto tras haber cambiado los neumáticos y chocó contra una de las protecciones, rompiendo varios componentes del monoplaza.

“El fin de semana brasileño fue probablemente el más brutal que puedo recordar en toda mi carrera“, sentenció Vowles horas más tarde en la web oficial. Y agregó: “Todavía estamos recuperando los elementos de Brasil y determinando lo que tenemos que hacer en términos de construcción para colocarnos en el mejor lugar posible”.

Lo cierto es que de cara al 24 de noviembre en Las Vegas, los ingenieros y mecánicos están haciendo un desgastante trabajo para poner ambos vehículos a punto. El objetivo es llegar en las mejores condiciones posibles, aunque no será nada fácil, ya que se han agotado los componentes de reemplazo.

La escudería no sólo deberá asegurarse que tiene suficientes repuestos para el transcurso del fin de semana, sino también de que está corriendo con sus autos en la mejor configuración posible de actualizaciones. 

Pese a la incertidumbre, el jefe de la escudería británica se mostró optimista con respecto a sus posibilidades en el próximo Gran Premio: “Tengo muchas esperanzas puestas en Las Vegas. Fuimos rápidos allí el año pasado, y confío en que el coche funcione bien en esas condiciones”.

Y cerró con un mensaje optimista de cara al futuro: “Lo que pasó el fin de semana pasado me ha arraigado aún más al hecho de que lo que tenemos que hacer para conseguirlo es importante, pero podemos lograrlo juntos como equipo”.