El microondas es uno de los artefactos más utilizados en los hogares del mundo. Su practicidad y facilidad a la hora de calentar y descongelar los alimentos lo hacen uno de los electrodomésticos más elegidos a la hora de equipar la casa. Sin embargo, pocas personas advierten el riesgo de su uso excesivo y las consecuencias que puede traer para la salud.

Si bien el microondas es, sin dudas, un aliado en la cocina, los expertos aseguran que su uso frecuente puede alterar los componentes de los alimentos, convirtiéndolos en tóxicos para el organismo. Estas alteraciones químicas pueden afectar órganos como el hígado y el riñón, principalmente.

En este sentido, el empleo del microondas puede convertir algunos aminoácidos en formas químicas dañinas, dificultando la eliminación de gérmenes en alimentos congelados, ya que el calor no siempre es suficiente para eliminar todos los microorganismos. Es por este motivo que se recomienda que el uso de este aparato sea medido y cauto. De este modo, los expertos señalan que algunos productos no deberían calentarse en el microondas, como por ejemplo:

• Los huevos duros pueden explotar debido a la acumulación de vapor
• El arroz puede contener la bacteria Bacillus cereus, cuyas esporas resisten el calor y pueden provocar intoxicación.
• Las carnes procesadas y el pollo son otras opciones poco recomendables, ya que pueden generar compuestos tóxicos o no eliminar completamente bacterias como la salmonela.
• Las verduras de hoja verde y las remolachas, ricas en nitratos, pueden transformarse en compuestos nocivos al recalentarse.
• Las frutas enteras, papas y pimientos picantes también presentan riesgos al microondas debido a cambios químicos o acumulación de vapor.