Ribadesella se sofistica e invita a dormir bajo las estrellas en las burbujas más chic del norte
Los 66 espectaculares kilómetros del río Sella nacen en los Picos de Europa, en el municipio leonés de Oseja de Sajambre. Luego atraviesa el corazón oriental de Asturias a través de los concejos de Ponga, Amieva, Parres, Cangas de Onís y, finalmente, Ribadesella, donde se convierte en fértil y generosa ría antes de llegar a su objetivo, antes de ser mar.
Ribadesella —eterna rival de Llanes en cuestión de atractivos turísticos— cuenta con varios activos consagrados al arte de vivir y disfrutar, como el restaurante La Huertona, dos soles Repsol, estupendamente gestionado por Rosa Ruisánchez y José Manuel Viejo. Además de sus preciosas vistas a la vega del Sella, La Huertona (Carretera de la Piconera, s/n), brilla gracias a sus perfectos pescados, del virrey a la brasa al salmonete de roca en su punto, pasando por el pixín (rape) a la encina, el mero salvaje o las codiciadas angulas riosellanas.
También nos dejaremos caer por Quince Nudos (C/ Avelina Cerra, 6), un sol Repsol, el fantástico restaurante de aires marineros y toques mexicanos de Bruno Lombán, un chef joven que está sabiendo, cada día más y mejor, consolidar su propuesta. De Bruno hablaremos más adelante, ya que es arte y parte de nuestras burbujas protagonistas.
Sumaremos a la buena vida riosellana alojamientos perfectamente ubicados, como el Gran Hotel del Sella, el Palacete Villa Rosario, El Jardín de Eugenia y, desde ahora, Burbujas del Sella, un hotel-boutique de lo más trasparente que eleva pernoctaciones y despertares hasta la estrellas y más allá. Las burbujas están de moda, sobre todo en las azoteas de los hoteles de las principales capitales; sin embargo, frente a esta versión instalada en el oriente de Asturias poco pueden hacer las de ciudad. Veamos por qué.
Orgullosamente hinchadas, Burbujas del Sella se encuentra en el barrio de Meluerda, a ocho minutos de la capital del municipio, y se impone como un muy perfecto campamento base desde el que conquistar Covadonga, Picos de Europa y localidades próximas como Cangas de Onís, Arriondas, Lastres, Colunga, Llanes o Colombres. Y, por descontado, la preciosa villa de Ribadesella, con su espectacular atalaya, sus playas perfectas (obligado visitar la de Vega) y sus animadísimas sidrerías en torno a la Plaza Nueva.
A John Travolta le gustaría Ribadesella
Nos viene ahora a la cabeza la película ‘El chico de la burbuja de plástico’ de 1976. En ella, un jovencísimo John Travolta interpreta a un chaval con todas las inmunodeficiencias habidas y por haber condenado a vivir dentro de una protectora burbuja, hasta que se entera de que la chica que le gusta se ha echado novio y se inventa una ‘burbuja móvil’ para salir a la calle.
En Meluerda te ocurrirá todo lo contrario, no querrás salir de tu burbuja-suite, salvo para llevar a cabo alguna de las estimulantes excursiones antes propuestas.
Pero, ¿qué nos encontraremos al llegar a Burbujas del Sella? Dos lujosas suites de ‘plástico del bueno’ —recién estrenadas— con nombres muy apropiados: Ártemis y Selene, en referencia a las diosas griegas de la Luna creciente y la Luna llena. Cada iglú transparente consta de tres cúpulas que, en total, componen dos suites de cincuenta metros cuadrados rodeadas de árboles, el infinito por cabeza y espectaculares vistas del entorno durante el día. En otras palabras: te sentirás el centro del universo.
Por descontado, nuestras burbujas-suite están completamente climatizadas y cuentan con sala de estar, aseo —perfecta la bañera para sumergirse en las estrellas— y un dormitorio con cama king size, las mejores sábanas y almohadas y todos los detalles que necesites para ese extra de felicidad.
La cocina de Bruno Lombán
La cocina de Bruno Lombán, chef de Quince Nudos, posee un sol Repsol obtenido este mismo año. Bruno nos propone disfrutar en las burbujas de Áster (estrella), una cena mágica de seis pases que se acompañan de champagne y que se sirve en la intimidad de tu suite.
La experiencia comienza con dos aperitivos (un escabeche templado de verduras y flor de ajo y un crujiente con mantequilla casera y sal de huevo) a los que sigue un delicado carpaccio de cigalas, cítricos y encurtidos. Continúa con un exquisito guiso de boletus y foie con caldo de pitu caleya, al que toma el relevo un fascinante steak tartar de venado hecho al momento.
La sinfonía gastronómica concluye con un jugoso lomo de merluza y pilpil de su colágeno. ¿Y de postre? Un cremoso brioche con yema tostada y crema inglesa.
Asturias, verde de montes, negra de minerales, transparente de corazones.
Los 66 espectaculares kilómetros del río Sella nacen en los Picos de Europa, en el municipio leonés de Oseja de Sajambre. Luego atraviesa el corazón oriental de Asturias a través de los concejos de Ponga, Amieva, Parres, Cangas de Onís y, finalmente, Ribadesella, donde se convierte en fértil y generosa ría antes de llegar a su objetivo, antes de ser mar.