El de Pinell de Brai se estrenó en el once del Girona ante la UD Las Palmas, y su actuación en el Philips Stadion dejó un gran sabor de boca pese a la derrota
El movimiento lógico, sencillo, en Eindhoven hubiera sido el de apostar por Oriol Romeu– varias semanas inactivo por lesión – y volver a contar, pues, con su pareja ‘fetiche’ en la sala de máquinas, formada por él y por Yangel Herrera. Míchel, sin embargo, que valiente es un rato y confía de lleno en todos y cada uno de sus pupilos, escogió a Selvi.
El escenario era imponente como pocos, pero el centrocampista nacido en Pinell de Brai (Tarragona) no defraudó e, incluso, se permitió el lujo de dejar huella en el Philips Stadion. El resultado fue doloroso, abultado, que menguaba las esperanzas del Girona de entrar en el play-off y prolongar su presencia en la Champions League, pero hubo algo de luz entre tanta oscuridad: los debuts de Selvi, Minsu y Jastin.
Se estrenó en el once de Míchel en Gran Canaria, repitió en Almendralejo en el debut copero e hizo lo propio en Montilivi en la vital victoria contra el Leganés. Tres titularidades consecutivas, cuatro, contando con el PSV, que le convierten en el último descubrimiento de la cantera. Irrumpieron Joel Roca, Ricard Artero, Jastin, Antal, Iker Almena, Minsu… pero lo de Selvi tiene muchísimo mérito. Es algo de palabras mayores.
SE DOCTORÓ EN EINDHOVEN
“Para mí fue de los mejores, hizo un partidazo”, le elogió Míchel tras el encuentro. “A pesar de no querer cambiarle tuve que hacerlo porque no podíamos tener solo siete jugadores profesionales en el campo”, puntualizó. Y razón no le faltó.
Se le vio hacer cosas inpropias a su madurez (recordemos, tiene 19 años y el curso pasado sumó algo más de cinco minutos con el primer equipo). Inteligente, interpretando muy bien todas las fases del juego, filtrando balones entre líneas, retrasando su posición para contribuir en la salida, cambiando la orientación del juego… y con un físico envidiable (1,90m).
Demostró personalidad en un contexto de extrema necesidad por las lesiones. De hecho, Míchel está encantado con su rendimiento, muestra de ello fue su titularidad en el Philips Stadion, dando así, continuidad a sus magníficas actuaciones con el equipo estas últimas semanas. Lógicamente, a su corta edad, aún le quedan varios aspectos por pulir o ‘explotar’, pero no hay ninguna duda de que está llamado a triunfar en el Girona.
YA PARTICIPÓ EN PRETEMPORADA
Formado en el Reus y el Nàstic de Tarragona, recaló en la entidad ‘blanc-i-vermella’ en verano de 2021, donde militó en las filas del Juvenil B de Lliga Nacional. En su segundo año de juvenil, en la 22/23, estuvo en el Juvenil A, pero ya gozó de pequeñas apariciones con el filial en Tercera RFEF, debutando el 11 de diciembre de 2022 ante el CE L’Hospitalet. Debutó ante el Getafe el 20 de agosto de 2023. Y, la pasada campaña, se convirtió en un habitual del B, ganándose a pulso, además, participar en la pretemporada de la primera plantilla.
Ya fue partícipe de la anterior pretemporada, gozando de bastantes minutos, y volvió a formar parte de los elegidos de Míchel, disputando los encuentros ante Olot, Montpellier, Espanyol, Newcastle y Bournemouth. Curiosamente, el técnico madrileño incluso le probó de central.
DE BRILLAR EN LA YOUTH… A HACERLO EN LA CHAMPIONS
Se destapó como una de las grandes figuras de Sergi Mora en la Youth League, siendo, junto a Minsu, Enric o Hamony, uno de los futbolistas del filial que participaron con el Juvenil A en la competición continental. Y, hace cuestión de días, tuvo el privilegio de jugar en la competición de los ‘mayores’, en la mismísima Champions League.
Procedente de una familia de futbolistas, siendo hijo de Selvi Clua, mítico central del Nàstic de Tarragona en la década de los noventa, y hermano mayor de Genís, militante del Cadete del FC Barcelona, tiene contrato hasta 2026 y muchísimo fútbol en sus botas. Se le augura un brillante futuro.