Stellantis suspenderá de nuevo la producción en diciembre en una de las plantas del complejo del grupo en la fábrica turinesa de Mirafiori (Italia) y tiene previsto reanudar las operaciones, previsiblemente, a la vuelta de la Navidad.

“La compañía verificará los horarios de producción de diciembre en las próximas semanas”, advierten fuentes de la compañía a Europa Press preguntadas por las informaciones adelantadas por el medio italiano ‘MF’ y asegura que, por el momento, no existe una confirmación oficial de esta decisión.

En concreto, la producción que se verá afectada por este nuevo paro –el pasado 1 de noviembre ya se suspendieron los trabajos también ante las protestas de los trabajadores que se quejaban de la falta de inversiones en sus instalaciones en el país– será la de los modelos eléctricos del Fiat 500 y dos deportivos del fabricante de lujo Maserati.

Durante el mes de noviembre, el grupo que dirige Carlos Tavares concentrará toda la producción a tres meses vista de pedidos del Fiat 500 para poder parar a finales de año con el ánimo de almacenar el stock de piezas necesario para ensamblar los coches que, en estos momentos, no tendría disponible.

A cierre del tercer trimestre, Stellantis registró una caída de sus ingresos netos del 27% en términos interanuales hasta los 33.000 millones de euros, debido a actualizaciones de productos y acciones de reducción de inventarios.

Stellantis prevé lanzar aproximadamente 20 nuevos productos a lo largo de todo el año. Esta ofensiva de vehículos de próxima generación incluye ofertas iniciales de su familia de plataformas STLA, dotadas de una mayor flexibilidad en múltiples energías (motores híbridos, totalmente eléctricos y de gasolina).

DESPIDOS EN EE.UU.

Esta filtración se produce apenas unas horas después de que el fabricante confirmará el despido en enero de forma indefinida de, aproximadamente, 1.100 personas que trabajan en su planta de Ohio donde se producen los vehículos de Jeep.

La compañía ha anunciado que suprimirá uno de los dos turnos de trabajo del emplazamiento donde se fabrica la ‘pick up’ Jeep Gladiator.

Esta “difícil decisión”, según el grupo, se toma con el ánimo de “reducir con la gestión de la producción los elevados inventarios y así cumplir los objetivos de ventas”.

A día de hoy, las ventas de Jeep en Estados Unidos están un 34% por debajo de los niveles prepandemia tras varios años de pérdidas registradas en la región.