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Es cierto que Windows 11 llegó con bombos y platillos, una interfaz renovada, más estilizada y atractiva, funciones que prometen mejorar la productividad…  En fin, Microsoft puso toda la carne en el asador para convencernos de que esta versión era el sistema operativo del futuro.

No obstante, a pesar de sus mejoras y su evidente evolución en diseño, el sistema de la compañía no ha conseguido consolidarse como la primera opción para muchos usuarios.

Y es que una gran parte de quienes usan Windows prefieren seguir en Windows 10, una versión que ha demostrado ser más estable, menos demandante en cuanto a recursos y, en muchos casos, mucho más cómoda para el uso diario.

Existen razones de peso que explican por qué los usuarios se niegan a dar el salto, incluso a sabiendas de que dejará de recibir soporte en 2025. Aquí te presento las 5 principales razones por las que muchos, incluyéndome, nos quedamos con Windows 10 hasta el final.

La comodidad ante todo

Cuando llevas varios años usando un sistema operativo, adaptándote a su interfaz, sus accesos y sus funcionalidades, cambiar a una versión nueva puede ser más molesto que satisfactorio. En el caso de Windows 10, su interfaz resulta familiar y cómoda, quienes saben exactamente dónde encontrar cada opción y cómo configurar sus ajustes a la perfección.

Cambiar a Windows 11 implica un rediseño que, si bien es visualmente atractivo, modifica elementos básicos como el menú de inicio, la organización de las aplicaciones y las opciones de configuración. Esto supone una adaptación innecesaria para muchos que prefieren seguir utilizando una versión que ya les resulta práctica.

Temor a posibles errores en Windows 11

Uno de los aspectos que más preocupa a quienes consideran actualizar es la posibilidad de enfrentar errores en Windows 11. Desde su lanzamiento, esta versión ha recibido numerosas actualizaciones que, si bien buscan mejorar la experiencia, también han traído problemas de compatibilidad.

Estos errores no son triviales, y muchos usuarios prefieren evitar el riesgo de enfrentarse a fallos inesperados, sobre todo si su equipo actual funciona sin problemas en Windows 10. La estabilidad es un factor clave, y ofrece un rendimiento sólido y confiable en la mayoría de los casos.

La experiencia en Windows 11 puede ser frustrante

A pesar de las novedades que Windows 11 promete en términos de productividad, la experiencia de usuario para muchos se vuelve menos cómoda que en versiones anteriores. Puesto que es un sistema que interrumpe constantemente con sugerencias, mensajes emergentes y recomendaciones, lo cual puede dificultar una experiencia fluida.

Además, ajustes que antes estaban claramente accesibles en Windows 10, ahora requieren varios clics adicionales o están integrados en menús que se sienten innecesariamente complejos. Todo esto ha provocado que la experiencia sea percibida como menos intuitiva y más intrusiva.

Quejas de usuarios

No es raro encontrar comentarios negativos sobre Windows 11 en foros, redes sociales y sitios de tecnología, donde muchos usuarios expresan sus frustraciones. Incluso en cada actualización, surgen nuevas quejas sobre características que no funcionan correctamente.

Estas críticas constantes han hecho que muchos duden en dar el salto a la nueva versión. El hecho de que una comunidad tan grande siga prefiriendo Windows 10 no es casualidad, sino el reflejo de que aún no logra ofrecer una experiencia sólida y sin contratiempos. 

Anuncios y Copilot+: una molestia constante

Otra de las razones por las que muchos se muestran reacios a migrar a Windows 11 es la gran cantidad de anuncios y sugerencias que Microsoft ha integrado en el sistema operativo. 

Esta versión muestra publicidad en el menú de inicio, la pantalla de bloqueo e incluso la configuración, lo cual resulta molesto para quienes buscan una experiencia limpia. Además, la integración de Copilot+ añade otra capa de frustración para algunos usuarios. 

Si bien esta herramienta promete ser útil, muchos consideran que no es una función esencial y que su presencia constante en el sistema operativo se siente más como una estrategia para empujar servicios adicionales que como una mejora real de la experiencia. 

En este sentido, Windows 10 sigue siendo la opción más atractiva para quienes prefieren un sistema sin tantas interrupciones.

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