Health

Tras pasar una gripe, la posibilidad de sufrir un infarto se multiplica por seis

Sanidade insta a vacunarse en una temporada que se prevé «complicada»

María José Pereira, Susana Rey, Susana Miras y Marta Piñeiro, en las instalaciones de la central de La Voz de Galicia
María José Pereira, Susana Rey, Susana Miras y Marta Piñeiro, en las instalaciones de la central de La Voz de Galicia VÍTOR MEJUTO

«Ojo este año con la gripe». El mensaje lo lanzó la semana pasada la directora Xeral de Saúde Pública, Carmen Durán. Sabe que esta temporada se adelantará y sabe que provocará sintomatología complicada, y lo sabe porque así está siendo en el hemisferio sur. «Miramos a Australia para ver con qué nos vamos a encontrar, porque es muy probable que lo que está pasando allí se reproduzca luego en nuestras latitudes —explica Marta Piñeiro, directora del Centro Galego para o Control e Prevención das Enfermidades de la Consellería de Sanidade—. Y, efectivamente, se está dando una onda más intensa del virus tipo AH3N2, una variante de la gripe que causa síntomas más graves». Pero hay un matiz que lo cambia todo: «Allí la inmunidad de la población es menor».

Nada tienen que ver las tasas a un lado y a otro del mundo: la cobertura australiana en niños es del 26 % y la gallega, del 56 %, y en los mayores de 65 se quedan allí en un 70 % y aquí llegamos al 75 %. «Aún así, hay que seguir mejorando —admite la experta—. Y no solo en adhesión a la inmunización de la gripe, también a la del covid. Hemos banalizado ambas enfermedades». La secundan en su diagnóstico María José Pereira, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del área sanitaria de A Coruña y Cee, y Susana Rey, al frente del Servicio de Pediatría del CHUS. «El covid ha pasado de ser nuestro máximo enemigo a ser un germen que no genera problemas. Y lo cierto es que sigue habiendo pacientes ingresados y que sabemos que puede tener complicaciones serias», advierte Pereira. Sobre la gripe, Rey recuerda que hay incluso más casos que de coronavirus y que los problemas médicos que puede provocar, al menos en la población pediátrica, son sensiblemente mayores. «Es una enfermedad potencialmente mortal —acentúa Pereira—. La posibilidad de sufrir un infarto después de un episodio de gripe puede multiplicarse por seis; la de ictus, por ocho».

Galicia arrancó el pasado 23 de septiembre su campaña de vacunación conjunta de la gripe y el covid, ambas infecciones «prevenibles», subrayan las expertas. Susana Miras Carballal, jefa del Servicio de Prevención y Control de Enfermedades de la Dirección Xeral de Saúde Pública, profundiza en el calendario para despejar cualquier tipo de duda: «Lo primero que se hizo fue vacunar en las residencias, tanto a usuarios como a trabajadores; después se pasó a las personas inmovilizadas, a través de la enfermera de atención primaria, y a partir del 7 de octubre se empezó a inmunizar a los niños —detalla—. El 14 arrancó la vacunación de las personas de 80 en adelante y de los sanitarios, porque vamos protegiendo primero a los más vulnerables, y la semana pasada, el día 30, comenzó la actividad en los grandes recintos, citando de 79 hacia abajo. En estos momentos estaremos por los de 75, más o menos». 

Los de 60, a partir del lunes

A los de 60 en adelante empezarán a convocarlos a partir del lunes, cuando también podrán vacunarse ya aquellos con patologías de riesgo. «Desde el año pasado se incluyen aquí también los fumadores», anota Miras. ¿Qué debe hacer una persona de 40 que fuma y quiera ponerse la inyección? En los vacunódrómos se habilitarán huecos de autocita para las personas a las que les corresponden los dos sueros, el de gripe y covid. «A veces, nuestros sistemas no recogen perfectamente todas las situaciones de riesgo, por lo que si un paciente considera que está dentro de este grupo puede acudir bien a su centro de salud, bien al punto de vacunación para consultarlo», despeja Pereira.

El personal de guarderías y los profesores de educación infantil también se vacunan

Dos novedades principales de esta campaña tienen que ver con los más pequeños de la casa, el máximo transmisor de la enfermedad: la vacuna pediátrica intranasal y la inmunización del personal de guarderías y centros infantiles que esté en contacto con niños de hasta cinco años. «Si vacunamos a estos niños de forma sistemática, vacunamos también a los profesores y cuidadores, para bloquear un poco la transmisión de la gripe en esos entornos», explica Susana Miras, del Servicio de Prevención de Saúde Pública. Con respecto al suero intranasal —a los niños inmunodeprimidos o con patologías se les sigue poniendo la intramuscular—, la pediatra Susana Rey confirma la buena aceptación que está teniendo, tanto en padres como en los propios menores. No solo ahorra el pinchazo, sino que además agiliza el proceso: al ser su aplicación más rápida permite citar a un mayor número de pacientes.

Embarazadas y profesionales sanitarios, la asignatura pendiente

Dos grupos poblacionales siguen siendo reacios a vacunarse de la gripe, las embarazadas y —paradójicamente— los sanitarios, con tasas de cobertura del 47 y del 50 % respectivamente. «Las gestantes es un colectivo que nos preocupa especialmente —reconoce Susana Miras, de Saúde Pública—, porque no perciben como peligrosa la enfermedad. Y no son conscientes de que la vacuna no solo les protege a ellas, también a sus hijos durante los seis primeros meses de vida». Los riesgos no son pocos. «Tener una gripe en el último trimestre de embarazo puede provocar la pérdida fetal», avisa María José Pereira, responsable de salud pública del Chuac. «Las embarazada deben protegerse, porque tienen que cuidarse para estar bien ellas, pero también para poder cuidar a sus hijos —razona Susana Rey, jefa de Pediatría del CHUS—. Hasta los seis meses, van a ser sus principales cuidadoras; si contraen la gripe, el bebé se va a contagiar y va a tener un ingreso seguro».

En cuanto a los profesionales sanitarios, «se vacunan de la gripe y el covid poco y mal». Al ser normalmente personas jóvenes o de mediana edad, no perciben ser grupo de riesgo y, sin embargo, tienen más probabilidades que cualquier otro de estar en contacto con el patógeno. «Es curioso, porque en pandemia, cuando aún no había vacunas del covid, se alcanzaron récords de cobertura de la gripe entre los sanitarios; había miedo individual», señala Miras. «El profesional tiene que vacunarse —insiste Pereira—. Porque es fundamental y lo necesitamos bien».

A los gallegos que estos días acudan a vacunarse se les ofrecerá participar en la segunda fase del ensayo GalFlu para probar en la población de 65 a 79 años la eficacia de la vacuna antigripal de alta carga, que ya se pone —financiada— a los de más de 80. Lo que se quiere comprobar es si este suero ejerce la misma protección en personas más jóvenes.

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