Tensión creciente entre los pilotos de F1 y la FIA por las sanciones arbitrarias y la gestión de su presidente
La relación entre la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y los pilotos de Fórmula 1 atraviesa uno de sus momentos más tensos. La última controversia ha surgido debido a las decisiones de la FIA sobre el uso del lenguaje en las conferencias de prensa, lo que ha provocado una fuerte reacción de los pilotos.
La Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA) ha tomado la palabra y emitido un comunicado en contra de la federación, especialmente en relación con las sanciones impuestas por palabras malsonantes. Este enfrentamiento ha puesto al presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, en el centro de las críticas.
La gota que colmó el vaso: las sanciones por lenguaje
El incidente que encendió la chispa fue la sanción impuesta a Max Verstappen, quien fue castigado con una especie de trabajo comunitario tras usar un término considerado inapropiado por los comisarios deportivos.
Sin embargo, lo que más enfureció a los pilotos fue que, poco después, Charles Leclerc recibió una multa de 5.000 euros por utilizar la misma palabra malsonante, pero con un castigo considerablemente diferente. La disparidad en los castigos generó un fuerte malestar entre los corredores, quienes consideraron que esta decisión era excesiva y poco coherente.
La reacción de la GPDA
La GPDA, una organización que agrupa a los pilotos de F1, no tardó en manifestar su descontento. Aunque esta asociación ha sido criticada en el pasado por su falta de influencia, ahora ha dado un paso al frente, creando una cuenta en redes sociales seguida por todos los pilotos.
A través de este canal, la GPDA lanzó un comunicado público en el que expresaron su frustración con la FIA y su presidente, Mohammed Ben Sulayem. La medida de castigar a los pilotos por su lenguaje en las conferencias fue vista como un exceso de autoridad por parte de la federación, que ha tenido repercusiones más allá de lo esperado.
La postura del presidente de la FIA
El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, ha sido especialmente criticado por sus comentarios previos sobre el lenguaje de los pilotos. En una entrevista, Sulayem expresó su deseo de que los pilotos abandonaran lo que describió como “lenguaje de rapero” y adoptaran un tono más formal y respetuoso.
Sin embargo, muchos pilotos consideran que este tipo de declaraciones son una forma de control excesivo sobre su libertad de expresión. Además, cuestionan la falta de consistencia en la aplicación de las sanciones, algo que solo ha incrementado la tensión entre las partes.