Olivia Nuss, protagonista de Cromañon: “La serie ayuda a comprender que había historias de vida detrás de la tragedia”
Olivia Nuss está en Uruguay filmando un nuevo proyecto. Nos atiende desde allá. Hace 20 años cuando ocurrió la tragedia de Cromañon (en la que murieron 194 personas) ella tenía apenas 4 años. Por supuesto que nada recuerda de ese momento, solamente tiene en su mente algunas historias del caso que le contó años más tarde su mamá. Pero las casualidades existen y durante la pandemia un día se sentó a mirar en Youtube videos sobre el incendio en el boliche de Onda.
“No tenía idea que me iba tocar hacer este proyecto, pero de cierta forma fue una especie de premonición, muy loco”, cuenta Olivia, protagonista de esta serie que se acaba de estrenar el Prime Video y agrega: “Como sociedad, a veces usamos la deshumanización como un mecanismo de defensa, y eso ocurrió con Cromañón. A esos chicos se los redujo a titulares de noticias, números. Creo que la serie ayuda a comprender que había historias de vida detrás de la tragedia”.
Olivia nació en Capital, su familia no está vinculada al arte, pero ella desde chica tuvo cierta curiosidad por ese mundo. Terminó la escuela, se anotó en la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica que depende del INCAA) y dirigió su primer cortometraje. “Cuando me llamaron para avisarme que había quedado luego de muchísimos audiciones en la serie y con el papel de Malena estaba en una clase de cine. Me sonó el teléfono, salí del aula y volví súper contenta. No lo podía creer. Recuerdo que me pasé el resto de la hora simulando que tomaba apuntes, pero en realidad escribía todo lo que sentía en ese momento”, cuenta.
-¿Qué significó para vos conocer el alcance del caso y sus implicancias sociales?
–Fue fuerte porque, aunque pensaba que conocía la historia, me di cuenta de que había mucho más detrás. Me impactaron especialmente las investigaciones y los testimonios, incluso escuchar partes del juicio, como el testimonio de un médico que explicaba los efectos del humo. Fue duro, porque para mí también significaba una carga física y emocional, pero sentí que este proyecto requería un nivel de compromiso y responsabilidad que quería asumir. Me llevé cosas que fueron difíciles de procesar, pero también cosas muy valiosas.
-¿Qué rescatás de positivo dentro de una historia tan oscura?
-Algo que aprendí hablando con los sobrevivientes es el valor de la solidaridad. Ellos mismos cuentan que lograron salvarse entre ellos. Eso nunca se cuenta: que el 40% de los chicos que fallecieron lo hicieron tratando de rescatar a otros. En ese caos, ellos se organizaron, fueron solidarios. Creo que es un mensaje que también quieren transmitir con la serie: la importancia de salvarse con otros, no solos.
-Cuando te convocaron, ¿te preguntaste cuál era el sentido de hacer esta serie?
–Sí, absolutamente. Siempre que uno aborda historias reales, es importante que tengan un propósito y no sean solo entretenimiento. Creo que hay algo fundamental en revisar nuestra historia y, en particular, este hecho. Es importante por su valor para la memoria y para replantearnos como sociedad. Así como yo descubrí muchas cosas haciéndolo, espero que la serie le llegue a quienes quizás no conocen toda la historia o que tienen ideas que no son reales sobre lo que pasó. También me parece una oportunidad para reivindicar a esos chicos y chicas que, después de la tragedia, fueron estigmatizados.
-Este es tu primer gran proyecto como protagonista en una plataforma importante. ¿Cómo viviste la experiencia?
–Fueron un montón de emociones. Mi primer proyecto profesional, y con una historia y un personaje tan fuerte. Tuve muchas instancias de casting, y cada una fue un aprendizaje. Creo que ese disfrute y ese entusiasmo me ayudaron a construir el personaje. Además, tuve la suerte de contar con un equipo técnico y artístico que fue como una familia para mí. Sin ellos, no hubiera sido lo mismo. Fueron mi gran apoyo y me siento muy orgullosa de haber tenido la oportunidad de interpretar esta historia y aportar a su memoria.
-¿Cómo fue la preparación para tu personaje?
-Fue intenso, pero también encontré mucha luz. Uno de los grandes objetivos de la serie era mostrar la parte luminosa de esos chicos: qué significaba la música para ellos y por qué iban a esos recitales. La serie no se centra solo en la tragedia, sino también en sus vidas. Algo que me ayudó mucho fue una reunión con una psicóloga que había acompañado a los sobrevivientes en el juicio. Ella me ayudó a entender que mi personaje representaba a mucha gente que, tras lo sucedido, sufrió para volver a conectar con lo que había vivido. Creo que eso me sirvió para conectar no solo desde la emoción, sino desde lo físico: cómo respiraban, cómo hablaban, cómo los afectó.
-¿Pudiste hablar directamente con sobrevivientes?
-Sí, tuvimos varias charlas con un grupo de sobrevivientes que fueron increíblemente generosos. Con Celeste, una de ellas, tuve una conexión especial, ya que mi personaje tenía algunas similitudes con su historia. El primer día de rodaje, en una escena sobre la masacre, ella estuvo ahí y fue muy fuerte. Nos respetábamos mucho, y fue una experiencia conmovedora y valiosa.
-¿Con qué conectaste en particular con tu personaje?
-Me gustaba su energía, su impulso, sus sueños de convertirse en artista. Es una chica que está buscando, y ese deseo me conectó mucho. Creo que los personajes te aportan, y también vos les das algo de vos misma. Con ella comparto esa pasión y esa búsqueda.
-¿Qué esperás que sienta el público al verla?
-Espero que despierte empatía. Que la gente se identifique con esos chicos y que entiendan que tenían el mismo derecho a vivir que todos. Me gustaría que la serie reabra el debate, que volvamos a hablar del tema y nos permitamos reflexionar. Creo que estamos en un momento de falta de empatía, y esta es una oportunidad para cambiar eso.
-Por último, ¿qué esperás para vos después de Cromañón?
–Me siento en paz y con ganas de disfrutar el momento. También me encantaría actuar en cine y seguir dirigiendo mis proyectos. Ambas cosas se retroalimentan, y esta experiencia me enseñó mucho. Estoy en un momento de tranquilidad, feliz de aprender de cada paso.
Fotos: Machado Cicala. Estilismo: Luna Mazzeo. Maquilló: Lena Galli. Peinó: Martina Pucheta. Vestuario: Helena Dakak.
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