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Javier Milei y los sindicatos de Aerolíneas Argentinas: ya no hay tiempo para un acuerdo

El Gobierno se reunirá este viernes con los gremios aeronáuticos. Les pidió que presenten un plan que garantice la operación aérea y aleje la crisis. ¿El Gobierno se arriesgará a creerles?

Javier Milei lo tiene decidido: un cambio profundo en Aerolíneas Argentinas ya es inevitable. El Gobierno escuchará y negociará la propuesta de los sindicatos que convirtieron en un caos la operación aerocomercial en todo el país. Es lo que les pidió la Secretaría de Transporte como condición para evitar un cierre inminente de la empresa. 

La sensación que tiene la política es que esta vez el kichnerismo, que es quién de última controla todo el negocio aerocomercial desde hace años y que llevo a los sindicalistas y empleados a una batalla suicida con los usuarios del servicio, fue demasiado lejos. Y que quizás se llegó a un punto de no retorno, aunque haya una negociación de por medio.

Los hechos son claros y conviene repasar la situación punto por punto:

El Gobierno ayer demostró que está dispuesto a pagar todos los costos políticos para enfrentar la crisis desatada por los sindicatos aéreos. La prueba más evidente se vio ayer cuando decidió despedir a 15 empleados de Intercargo acusados de ser los responsables de haber mantenido secuestrados (el tipo penal que les aplicarán es privación ilegítima de la libertad) en medio de un proceso de negociación. Es decir, Milei fijó claramente el límite de lo que puede aceptar.

Milei está dispuesto a pagar los costos políticos para enfrentar la crisis en Aerolíneas Argentinas. 

Al presidente lo asiste el cansancio de todos los argentinos que desde hace semanas llegan a los aeropuertos del país sin saber si podrán tomar sus vuelos, si quedarán varados en sus destinos o si sus pasajes serán cancelados o reprogramados. No solo los pasajeros están cansados, también los pilotos que, por ejemplo, ven como Pablo Biró los llevó de la mano de su militancia política al límite no solo de quedarse sin trabajo sino también de la disolución final de Aerolíneas Argentinas.

La crisis es tan grande que el frente sindical se está derrumbando rápidamente. Hay pilotos de Aerolíneas Argentinas que en el último paro decidieron pedir licencia médica para no quedar involucrados en una protesta que ya no sostienen. Nadie ignora que los salarios de los trabajadores de Aerolíneas están retrasados, inclusive comparados con los de las líneas low cost que operan en el país, pero la violencia de la protesta estas semanas superó todo límite.

El Gobierno está dispuesto, inclusive, a que haya una crisis temporal en el transporte aéreo si los sindicatos no frenan la protesta. Esto significa que, si no se llega a un acuerdo, Milei podría disponer la privatización o desguace de Aerolíneas Argentinas aunque se provoque una crisis de incomunicación con algunas zonas del país por algún tiempo.

La determinación de Milei hoy ya es casi pública: el presidente dio la orden al gabinete de cerrar o cerrar la línea aérea si no se dan las garantías de operación sin caos. El problema hoy es saber si la propuesta que le llevarán los sindicatos al gobierno hoy tiene chances de  ser creíble y sustentable. Milei no se arriesgará a cerrar un acuerdo y frenar mayores sanciones con el peligro de que vuelva dentro de una semana la violencia de Biró o cualquier otro sindicalista aéreo con otra protesta que reedite el caos de estos días. Por eso se vuelve tan difícil un acuerdo en estos términos.

APLA ayer dio una señal al Gobierno dando de baja algunas de las restricciones de vuelo que impone a sus pilotos asociados; hizo una suerte de flexibilización interna de las frecuencias que pueden volar para intentar dar una señal de distensión. Aun no alcanza para darle alguna credibilidad a los sindicalistas en este proceso. La prueba de ese temor se vio en las últimas 48 horas cuando se manifestaron dispuestos a hablar y al mismo tiempo mandaron frenar la operación e rampas de Intercargo para complicarle la vida a todos los pasajeros.

Por último: desarmar Aerolíneas Argentinas hoy no es un trabajo titánico. La empresa casi no tiene activos; se calculan en no mas de US$ 30 millones. El 80 % de su flota está compuesta por aviones en leasing y hoy el mundo demanda aviones. Por lo tanto, los lessor no tendrían problema alguno en dar de baja los contratos de alquiler y recibir los aviones, esencialmente los Boeing 737-800 y los Max. Hasta el edificio de Aerolíneas Argentinas en Aeroparque no es propio sino alquilado a Aeropuertos Argentina. Para terminar: financieramente la empresa está siendo impactada por el accionar sindical: esta semana fue una de las más importantes para el mercado aéreo con las ventas de Cyber Monday y la empresa se lo perdió por el temor de los pasajeros a un futuro que no ofrece garantías.

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